“Kirito, dime… ¿Qué… debo hacer?”.
El precio a pagar por la victoria sobre Administrator, la Suma Sacerdotisa, fue la muerte de Eugeo y la pérdida de la consciencia de Kirito. Ha transcurrido medio año desde aquella feroz batalla.
Alice se marcha a la Aldea de Rulid con Kirito, quien está en silla de ruedas y muestra una expresión vacía y sin voluntad. Tras despertar a Bercouli y renunciar a su papel como Caballera de la Integridad (y protectora del Reino Humano), Alice elige vivir en silencio con un Kirito mentalmente perdido. A la vez, el experimento de carga final, predicho por la sabia Cardinal, se acerca momento a momento.

El viento de maldad del Territorio Oscuro comienza a soplar hacia el Reino Humano. Por fin, las temibles fuerzas militares de la oscuridad parecen estar a punto de ponerse en marcha.